Esta es una historia casi cotidiana, en los pueblos o ciudades, en cualquier parte del mundo; generalmente en las plazas de las ciudades o pueblos usted ve cantidades de palomas volando, en las matas o en el suelo, comiendo palomitas de maíz, o frutas que le pone los plaza andantes, pero esta historia se desarrolla en una humilde casita de un pueblito.
Don Juan que así se llamaba este señor de edad avanzada 85 años que tenia por costumbre alimentar a las palomas que acudían a diario a las ventanas de su casita. Todas las mañanas Don Juan les ponía su maíz y estas comían hasta saciar su voraz apetito siempre con el acostumbrado curucucu, por las tardes Don juan les llenaba un recipiente con su agüita y las palomitas saciaban su sed. Este se divertía y pasaba largas horas viendo y escuchando a las curucucu. Pero un buen día las palomas dejaron de acudir a comer su maíz y tomar su agüita. Don Ramón muy preocupado llama a su querida esposa de toda la vida y le dice que es raro que sus "palomas al parecer se habían marchado porque no habían acudido a comer ni a tomar agua".
La doña muy calmada le dice, mira Ramón mi amor las palomas mueren como todo animal y eso no es mal de morir ni alarmarse. Fíjate tu paloma tiene mas de 30 años muerta y yo nunca me preocupe.
Si les gusto el cuento, es de mi autoría, y lo pueden comentar, pero ojo con el plagio
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Si les gusto el cuento, yo no me llamo Juan soy parecido pero me llamo Pancracio del Cerro pelao, en Catia.
Así será que ninguno de los dos se consiguen. ahora imagínense los Modess
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