lunes, 17 de agosto de 2015

PICÓN VS. FISGONEAR

En este blogs, colaboró mi sobrino William Mills con ( FISGONEAR) Gracias Will.
Hola a todos los fisgoneadores y fisgoneadoras, piconeras o piconeros, como yo se que casi nadie escribe sobre este tema al cual consideran tabú o tema morbo, pero que yo ni pendiente ente, de tales manipulaciones craneales o morbológicos. Pero como en esta loca época todo (er) ( por el) mundo cree que tiene la razón les haré la siguiente pregunta; ¿quien no fue chiquita o chiquito? o sea ´pequeña o pequeñito, o que  nunca le gusto ver un piconsito a la amiga de la hermana, la prima, la pava de planta baja o la chica de al lado, o lo más buscados los picones de las maestras, el que no lo halla hecho que  se tire el primer peo y lo pasee por la Plaza Oleari, como si nada.
Yo nunca creí que  era malo fisgonear o cazar un piconsito, ya que todos los varones de clase y hasta los maestros se los veía cazando su picón a las chamas y a las maestras, las de los 50 para arriba se salvaban  a pesar que estas a veces no se ´ponían las panti, y se abrían cual portón de garaje.  Que alguien me conteste, sea hombre o mujer que nunca, nunquita se puso a cazar una agachadita de una pava en minifalda o la bragueta de un machote?. No, no mi amigo no saldrá casi nadie, ya que un picón tiene que ser impelable, como un rolincito al picher. Así que a otro loco con ese cuento, y si uno andaba en grupo y se veía un buen picón, eran muchos los que salían corriendo para sus casas a conversar con la hija del portugués, pero en los adultos la cuestión es diferente, porque se meten en el primer baño que encuentran en el camino y le dan saludos a la señora Manuela.

Díganme en esos concursos de Misses, como hay cazadores de picones, y no desaprovechan los flashes para dejar grabado en imágenes perdurables esos momentos estelares del o los picones de las Misses y las no misses por igual, las adultas mayores siguen excluidas de tales menesteres  ¿no se porque?.
Un piconsito inocente
Pero ¿que es un picón?, !!picón es el acto glamoroso de una mujer al enseñar una pequeña parte de su lindo cuerpecito y dejar lo demás a la conciencia e imaginación del mirón, este se puede presentar, en una cruzada de pierna, una levantada de pierna para re acomodarse en el sillón o silla, el viento que les juega una buena pasada, un palo de agua a deshora y que no tenga paragua, ni donde guarecerse de la lluvia, algún chamito que le levante la falda sin intención, o que pase caminando por un piso de vidrio en un gran centro comercial donde todo el mundo esta mirando para el cielo o los pisos superiores. Como decía mi amigo Platón de pabellón (el picón es algo noble, para la nobleza de los ojos del que los ve. Ahora piconero no es igual al fisgoneo: dícese del fisgonear; fisgar, fisgonear, fisgonea, y conste estamos conjugando el verbo "Fisgonear", Yo fisgoneo, tu fisgoneas, ellos fisgonean, ustedes fisgonean a las mujeres del edificio.  Ahora fisgonear tiene varios derivados y no precisamente del petróleo, los cuales piconearemos a continuación: curiosear, entremeter, fisgar, fisgonear, olfatear, entrometerse, indagar, mediar,  huronear, terciar, disponer,  inmiscuirse, o sea entrepitear dicho en criollito puro. 
Una fuera es outs.

En estas del modernismo imparable, esta acción del piconeo o el de fisgonear se ha perdido y la juventud al parecer no les llama la atención el cazar de ves en cuando un piconsito de una chamita o a la profesora de la universidad, esa que se lleva los ojos de los profesores o una minifaldita puesta en Jenifer López. Lo que esta abundando como pepitas en guayaba son los llamados gays o maricones en lenguaje coloquial, pero el problema es que las mujeres de hoy no guardan ningún secretico debajo de la falda o del escote, pero para más de un sesentón, el picón sique siendo una virtud y un regalo de la madre naturaleza en las tronco de mujeres. y para ejemplo un pocoton de botones:
Sin palabras. la decencia se impone.

 DE PICONES Y MIRONES
Escrito por Tatiana Kasijeva
El emperador Tiberio ha sido considerado el mayor voyeur de la historia (por favor, observen lo divino que se pone la boquita cuando se pronuncia la palabra “voyeur”). El muérgano ése, todavía en su ancianidad, chuchumeco y todo, contrataba parejas heterosexuales que eran previamente entrenadas por expertos en todas las acrobacias sexuales,  para ser vistas por él desde un lugar secreto. ¡Qué enfermito vale!
El primer voyeur de la historia
No obstante las travesuras de Tiberio, se dice que el primer voyeurista de la historia fue un sastre de Coventry, allá por el siglo XI. A este señor se le conoce como Peeping Tom o Tom el mirón.
Se dice que Leofrico, que por aquel entonces era el señor de Coventry, les cobraba un montón de dinero en impuestos a los habitantes del pueblo. La mujer de Leofrico, Lady Godiva, con un corazón un poquito más grande que el marido, le pidió que bajara los impuestos, y el marido, cruel, villano, malévolo,  le dijo que lo haría si ella se atrevía a pasear desnuda a caballo por el pueblo.
Pues nada, la Godiva, aceptó el reto y ni corta ni perezosa, se montó a “rin pelado” en su corcel y se paseó desnudita por todo el pueblo. Se corrió la voz en toda la población  y acordaron ante el gesto de Lady Godiva, que se encerrarían en sus casas para no ver la desnudez de su gentil señora. Así que Lady Godiva se paseó por el pueblo en pelotilla sin que nadie la viera. Nadie salvo el muérgano de Peeping Tom, el primer mirón de la historia.
Caza Picones
Otra modalidad de voyeurismo, son los “caza picones”, llamados así, porque andan siempre en la búsqueda de los límites de un vestido que una dama, conscientemente o no, ofrenda a sus pupilas.
El “caza picones” es un mirador furtivo. Andan pendientes de un pliegue, de un botón suelto, de un pezón asomado en un sostén o escote. Sus ojos no brotan de sus órbitas, por pura casualidad, pero se ponen puyúos cuando sus retinas detectan una oportunidad de un picón. Esto mirones tienen el rabillo del ojo bien desarrollado. Son capaces de caminar cuadras detrás de una chica con minifalda, porque esperan que en algún momento se vaya a sentar o agachar y pueda dejar ver más allá de los confines de su micro vestido.
Las maestras del picón
Roberto Hernández Montoya considera en su “Teoría Mínima del Picón”,  que éste  no debe ser accidental, pero debe parecerlo. “Ésa es la elegancia del picón”, afirma. En el caso de las celebridades, cuyos despistes son cada vez más frecuentes, pero al mismo tiempo sexis, no parecen tan accidentales, porque los picones son además de escandalosos, demasiado evidentes. A esto se suma, y para suerte de los caballeros y las revistas, que donde hay una famosa que se le escape algo, siempre habrá un “mirón con cámara” (léase paparazzi).
Los picones en la mayoría de las veces son un acto inconsciente. Ninguna de nosotras se pone un vestido para andar dando picones. Todo lo contrario, estamos conscientes de que al usar escotes o vestidos muy cortos, debemos manejarnos con cuidado y delicadeza para evitar exponer nuestra intimidad. Aunque debemos admitir, que al vestir prendas, digamos, atrevidas, somos blanco de miradas furtivas. Y ellos loquitos…¡Ay cómo se goza!
    Nota: Este blog no se hubiera hecho, sin la                       Ha ver , ha ver, que se ve.                               colaboración de mi sobrino William, que me dio un      
                                                                           dato.
                                 






                                                                                                                                                                                                                                                                                                      Bueno mi niña ¿y entonces.?